Antonio y Beverly se conocieron en una exposición de arte en Madrid. Él estaba admirando una pintura abstracta cuando ella se acercó para leer la descripción. Antonio no pudo evitar notar lo hermosa que era, y decidió iniciar una conversación. Descubrieron que compartían un interés por la pintura moderna y comenzaron a recorrer la exhibición juntos. Poco a poco, se dieron cuenta de que también tenían gustos similares en música, literatura y gastronomía. Después de la exposición, decidieron ir a tomar un café para seguir conversando. El tiempo voló y no se dieron cuenta de que habían estado hablando durante horas. Desde ese día, Antonio y Beverly siguen disfrutando de su amor por el arte y explorando juntos todo lo que la vida tiene para ofrecer.