Guilherme y Bianca se conocieron en una fiesta de amigos en común. En ese entonces, ninguno de los dos sabía que el encuentro cambiaría sus vidas para siempre. Guilherme quedó encandilado por la belleza y simpatía de Bianca, mientras que ella se enamoró de la forma en que él la hacía reír con sus ocurrencias. Desde entonces, empezaron a compartir momentos juntos en distintas ocasiones, y poco a poco fueron descubriendo más cosas que tenían en común. La química entre ellos era evidente, y todos sus amigos se preguntaban cuánto tiempo tardarían en darse cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Finalmente, después de varios meses de risas, paseos y conversaciones interminables, se dieron cuenta de que no podían imaginar su vida el uno sin el otro. Así, empezaron una relación que sólo se fortalecería con el tiempo. Y el resto, como dicen, es historia.
