En 1995, Monica Lewinsky comenzó a trabajar como pasante en la Casa Blanca, donde conoció al presidente Bill Clinton. A pesar de que la relación entre Clinton y Lewinsky comenzó como de amistad, terminó en un escándalo sexual que sacudió a todo Estados Unidos. En 1997, Lewinsky fue transferida al Departamento de Defensa, pero mantuvo contacto con Clinton. En noviembre de ese mismo año, comenzaron una relación sexual que duró hasta marzo de 1997. En 1998, un escándalo estalló cuando una prueba de ADN confirmó que Clinton había tenido relaciones sexuales con Lewinsky mientras era presidente. Clinton inicialmente negó la relación pero más tarde admitió haber tenido "una relación inapropiada" con ella. Clinton fue acusado de perjurio y obstrucción de la justicia al haber mentido bajo juramento durante una investigación del Congreso. En 1999, fue absuelto de ambos cargos en un juicio político. El escándalo tuvo un grave impacto en la presidencia de Clinton, quien terminó su mandato en 2001 con una reputación seriamente dañada. Por su parte, Lewinsky se convirtió en un personaje público y ha tratado de reconstruir su vida fuera del ojo público.
