Billy Eckstine y Wardell Gray eran dos importantes músicos de jazz de la década de 1940 y principios de la década de 1950 en Estados Unidos. Ambos eran saxofonistas tenores y se conocían desde hacía tiempo antes de que empezaran a colaborar. Eckstine y Gray se conocieron en la ciudad de St. Louis, donde ambas familias residían. Años después, cuando Eckstine entró a formar parte de la banda de Earl Hines en Chicago, Gray se unió a él. Fue entonces cuando comenzó una estrecha colaboración entre los dos músicos. La relación entre Eckstine y Gray se caracterizó por la admiración mutua y el respeto profesional. Ambos compartían una gran pasión por la música y una habilidad innata para la improvisación, lo que les permitía crear auténticas obras de arte musicales de manera espontánea. A pesar de que Eckstine y Gray se separaron musicalmente en varias ocasiones para llevar a cabo proyectos individuales, volvían a reunirse cada vez que tenían la oportunidad. Hicieron algunas giras juntos y grabaron varios discos, que se consideran auténticas joyas del jazz. Desgraciadamente, la relación entre Eckstine y Gray se vio truncada en 1955, cuando este último falleció en circunstancias misteriosas. Aunque nunca se ha llegado a esclarecer la verdadera causa de su muerte, se sabe que Gray fue encontrado sin vida en un parque de Las Vegas tras haber estado desaparecido varios días. A pesar de que Wardell Gray murió demasiado joven, su legado en el jazz ha sido muy importante, al igual que el de Billy Eckstine. Ambos músicos colaboraron en numerosas ocasiones y crearon piezas únicas que todavía hoy se recuerdan y se escuchan con admiración.