Un día soleado en el parque, Lily-Collins disfrutaba de su tiempo libre leyendo un libro en un banco. De repente, una pelota de fútbol pasó volando cerca de ella, seguida por un hombre corriendo detrás de ella. Blue-Mary, era una joven atleta que disfrutaba de su tiempo libre jugando fútbol en el parque. Lily se sorprendió al ver a Blue-Mary luchar por recuperar la pelota con una sonrisa en su rostro y decidió acercarse a ella para felicitarla por su habilidad. A medida que hablaban, descubrieron que tenían mucho en común y comenzaron a pasar más tiempo juntas. En poco tiempo, se convirtieron en grandes amigas y comenzaron a explorar la ciudad juntas y descubrir nuevos lugares y actividades. A medida que su amistad crecía, Lily aprendió de la pasión y la determinación de Blue-Mary, mientras que Blue-Mary aprendió de la inteligencia y el ingenio de Lily. Años más tarde, cuando Lily se convirtió en una exitosa actriz y Blue-Mary en una destacada deportista profesional, las dos siguieron siendo amigas cercanas apoyando y motivando la una a la otra en todo momento. A pesar de sus diferentes rutas en la vida, su amistad nunca flaqueó y siempre valoraron la forma en que se conocieron en aquel día soleado en el parque.
