Bob y Alison se encontraron por casualidad en un pequeño café en el centro de Los Ángeles. Había una larga cola esperando para pedir, y como Bob estaba detrás de Alison, notó su camiseta con el estampado de "Pequeña Casa en la Pradera", lo que le hizo sonreír. Alison, a su vez, notó que Bob estaba leyendo un libro de ciencia ficción que ella había leído hace años. Entonces, casualmente, comenzaron a hablar sobre sus intereses compartidos. Después de que finalmente ordenaron su café, se sentaron juntos en un rincón acogedor del café y charlaron durante horas. El resto, como dicen, es historia.