Un día de verano, Brad Pitt y Shalane McCall se encontraron en la playa de Santa Mónica mientras ambos tomaban el sol. Brad notó que Shalane tenía dificultades para inflar su flotador, así que se acercó para ayudarla. Después de un breve intercambio de palabras, Brad se ofreció a llevarla a dar un paseo en su moto. Shalane aceptó encantada y juntos recorrieron las calles de Los Ángeles hasta que llegaron a un café en el centro de la ciudad. Allí charlaron y se rieron durante horas, descubriendo que compartían muchas afinidades. A partir de entonces, empezaron a frecuentarse hasta que se convirtieron en una de las parejas más famosas de Hollywood.
