Brandon y Jenny se conocieron en una cafetería en el centro de Madrid. Él estaba sentado en una de las mesas trabajando en su computadora, mientras que ella entró corriendo por la puerta con un paraguas en mano para protegerse de la lluvia. Jenny comenzó a buscar un lugar para sentarse, pero todas las mesas estaban ocupadas. Brandon la miró y le ofreció compartir su mesa con ella. “Café americano y un croissant de chocolate para mí, por favor”, ordenó ella al camarero. Los dos comenzaron a charlar sobre sus trabajos y sobre lo que les gustaba hacer en su tiempo libre. Brandon descubrió que Jenny era guionista y estaba en Madrid para trabajar en una película española en la que estaba involucrado. Él se emocionó al escuchar esto, ya que siempre había querido trabajar en cine. Jenny, a su vez, descubrió que Brandon era productor de cine independiente y estaba en la ciudad para buscar financiamiento para su próxima película. Después de varias horas de conversación y una cantidad excesiva de café, Jenny le dio a Brandon su información de contacto, diciéndole que podrían ayudarse mutuamente en el futuro. Desde entonces, mantienen una amistad y han trabajado juntos en varios proyectos.
