Brian Bell y Laura Freedman se encontraron en una fiesta en Los Ángeles. Ambos estaban perdidos en el aburrimiento y el desconocimiento de la ciudad, así que se unieron para explorar la ciudad juntos. Durante su paseo nocturno, compartieron sus historias personales y descubrieron una conexión instantánea. Desde ese día, se convirtieron en buenos amigos y se han mantenido unidos desde entonces. Se dice que su amistad es un ejemplo de cómo, en el momento más inesperado, puedes encontrar a alguien que te entienda y aprecie tal como eres.