En una tarde calurosa de verano, Bruna Marquezine se encontraba en una cafetería de Río de Janeiro, disfrutando de una taza de café mientras leía un libro. De repente, un joven apuesto con un traje elegante entró en la cafetería y se sentó en la mesa junto a ella. Era Diego Raphael Villanueva, un exitoso empresario que se había mudado a la ciudad recientemente. Diego y Bruna comenzaron a hablar sobre sus intereses y descubrieron que tenían muchas cosas en común. La conversación fluyó fácilmente y rápidamente se dieron cuenta de que se sentían atraídos el uno por el otro. Después de pasar varias horas charlando y riendo juntos, Diego invitó a Bruna a dar un paseo por la playa al atardecer. La química entre ellos era innegable y la tarde se transformó en una noche mágica bajo las estrellas. Desde entonces, Diego y Bruna han sido inseparables y continúan explorando la ciudad juntos mientras forjan una conexión profunda y significativa.