Una tarde soleada en Los Ángeles, Bryan-Michael-Cox se encontraba en su estudio de grabación, trabajando en su último proyecto musical. De repente, recibió una llamada de su amigo productor que le dijo que tenía una reunión importante con un director de vídeos musicales y que debía venir acompañado de alguien conocido en la industria musical. Bryan decidió llamar a su buena amiga Melyssa Ford, una reconocida modelo y presentadora de televisión, para que lo acompañara a esta reunión. Melyssa accedió sin vacilar y juntos se dirigieron al lugar de la reunión - un restaurante elegante en el centro de la ciudad. Al llegar, se encontraron con el director de vídeos musicales, quien rápidamente entendió que Bryan y Melyssa eran dos individuos muy talentosos en su campo y que podrían colaborar juntos en una nueva producción musical. A partir de ese momento, comenzaron a trabajar en varios proyectos juntos, creando música impresionante y vídeos musicales que brillaban por su creatividad, su éxito y su impacto en la industria musical.
