Caio y Blat se conocieron en un bar mientras estaban tomando cervezas y jugando al billar. Ana y Ariel, por su parte, se conocieron en una librería donde ambos estaban buscando el mismo libro. Casualmente, todos coincidieron esa noche en el mismo bar y comenzaron a charlar. Después de unas horas, no pudieron evitar notar que tenían mucho en común y decidieron seguir hablando en otro lugar más tranquilo. Desde entonces, han mantenido una amistad muy sólida y se reúnen regularmente para compartir sus intereses y aventuras.