Camila Fernández y Francisco Barba se conocieron en una tarde de verano en un festival de música en Guadalajara. Ambos habían llegado al lugar acompañados de amigos, pero al poco tiempo se encontraron en el mismo punto donde se presentaba su artista favorito. Sin saberlo, en ese momento comenzó una conexión especial entre ellos, ya que se emocionaron al mismo tiempo con las canciones y compartieron risas y miradas cómplices. Después del concierto, coincidieron en un puesto de comida y aprovecharon para presentarse formalmente y charlar por un rato. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la música, el deporte y la naturaleza. Desde ese día no se separaron y, aunque vivían en diferentes ciudades, se mantenían en contacto todos los días. Asistieron a varios eventos juntos y disfrutaron de paseos en bici y caminatas por la montaña. Con el tiempo, su amistad se convirtió en amor y hoy en día son inseparables, compartiendo una vida llena de aventuras y proyectos en común.
