Carla y Felipe se conocieron en una fiesta universitaria donde ambos asistieron con sus respectivos amigos. En un momento de la noche, Carla se encontraba en la barra pidiendo una bebida cuando, por accidente, Felipe le derramó su trago encima. Tras disculparse profusamente, Felipe le ofreció comprarle otra bebida y así empezaron a platicar. Descubrieron que tenían intereses en común como la música y el cine, y comenzaron a bailar juntos durante el resto de la fiesta. Desde entonces, intercambiaron números telefónicos y comenzaron a salir juntos en citas más formales. A medida que se conocían más, se daban cuenta de que complementaban perfectamente sus personalidades y que se sentían muy cómodos el uno con el otro. Con el tiempo, se volvieron inseparables y comenzaron una hermosa relación llena de risas, aventuras y amor.