Carmella y Mike se conocieron en un aeropuerto de Roma. Los dos habían perdido su vuelo a Nueva York y estaban esperando en la misma sala de espera. La situación era tensa porque ambos tenían una reunión importante en la ciudad de los rascacielos. Carmella estaba preocupada por su negocio de pasteles y Mike por su trabajo como abogado. Ambos empezaron a hablar para distraerse de sus problemas y descubrieron que tenían mucho en común. Después de varias horas de conversación, se dieron cuenta de que habían encontrado un amigo inesperado en el otro. Decidieron pasar el tiempo juntos explorando la ciudad de Roma y comiendo deliciosa comida italiana mientras esperaban su próximo vuelo. Al final, el retraso del vuelo a Nueva York no les importó tanto porque habían encontrado una conexión especial en el otro. Desde ese momento, Carmella y Mike se hicieron amigos inseparables y prometieron seguir en contacto en Nueva York.