Carmella y Mike se conocieron en un bar de Nueva York, mientras ambos buscaban refugiarse del intenso frío en el exterior. Mike estaba sentado solo en la barra bebiendo cerveza, mientras que Carmella acababa de llegar y buscaba un lugar para sentarse. Al no haber suficientes asientos, Mike ofreció compartir su mesa con ella. Empezaron a hablar y, a pesar de ser muy diferentes, encontraron una conexión inmediata. Poco a poco, Carmella y Mike se fueron conociendo más y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Al final de la noche, intercambiaron números de teléfono y prometieron volver a verse pronto. Y así fue, empezaron a salir juntos y, con el tiempo, se enamoraron profundamente. Ahora, años después, siguen juntos y felices, recordando con cariño el día en que se conocieron en aquel pequeño bar.