Carmen y Manuel se conocieron en una jornada de voluntariado en una comunidad marginada de la ciudad. Se encontraron mientras repartían agua y alimentos a las personas más necesitadas. Desde el primer momento, se sintieron cómodos y conectaron inmediatamente. Durante el resto del día, trabajaron juntos y conversaron sobre sus intereses, descubriendo que tenían muchas cosas en común. Al finalizar la jornada, intercambiaron números de teléfono y se prometieron seguir en contacto y continuar trabajando en otras causas sociales juntos. Desde entonces, su amistad ha ido creciendo y se han convertido en inseparables compañeros de lucha por la justicia social.
