Un día soleado en el café más concurrido de la ciudad, dos extraños se encontraron. Carmen-Ortega estaba disfrutando de su café con leche mientras ojeaba un libro en la sala. Alexsandre-Baljian entró con un porte tan elegante que capturó la atención de todos los presentes. Hizo una pausa en la entrada y escaneó el lugar antes de decidirse por un asiento al lado de Carmen-Ortega. Después de unos minutos de silencio, Carmen-Ortega notó que Alexsandre-Baljian observaba su libro, "qué interesante se ve tu libro" le dijo ella, lo suficientemente alto como para apreciarla. Alexsandre-Baljian se ofreció a leer con ella y al conversar, descubrieron su pasión compartida por la poesía. Después de pasar una tarde de risas y conversaciones profundas, intercambiaron números y acordaron encontrarse de nuevo. La historia de Carmen-Ortega y Alexsandre-Baljian comenzó en el café, pero floreció en un amor por la poesía y las ideas que se extendió a través de su relación.