Un día soleado en Nueva York, Ricky Van Veen estaba disfrutando de un café en su cafetería favorita cuando vio a una chica rubia con una sonrisa encantadora en la mesa de al lado. No podía dejar de mirarla, pero no sabía cómo romper el hielo. Caroline Kassie, por su parte, notó las miradas de Ricky y se preguntó si era por ella o por su perro, que estaba durmiendo a sus pies. Decidió darle una sonrisita para animar su día. Ricky, aprovechando el momento, se acercó a presentarse y preguntarle si podía acariciar al perro de Caroline. Así empezaron a hablar y resultó que tenían muchas cosas en común, incluyendo una pasión por los memes de internet y la comedia absurda. Terminaron intercambiando números de teléfono y quedaron en encontrarse para un juego de ping pong en una famosa sala de juegos de Nueva York. El resto, como dicen, es historia.