Carrie Prejean y Michael Phelps se conocieron en una famosa playa de California mientras ambos tomaban el sol. Al darse cuenta de que hablaban el mismo idioma, iniciaron una conversación amigable que pronto se convirtió en una cita. Pasearon juntos por la playa y se divirtieron haciendo castillos de arena. Al final del día, intercambiaron números de teléfono y prometieron mantenerse en contacto. Desde entonces, han sido amigos cercanos y su amistad ha prosperado a lo largo de los años.