Un hermoso día de primavera, Catarina Morazzo se encontraba caminando por las calles de Lisboa. Mientras disfrutaba del ambiente y de la hermosa arquitectura de la ciudad, notó que un joven alto y bien vestido se cruzaba en su camino. La mirada de ambos se encontró y, por un instante, el tiempo pareció detenerse. Francisco Macau, que se encontraba de visita en la ciudad, no pudo resistirse a detenerse y saludar a esta hermosa mujer. Entre risas y charla, se dieron cuenta de que tenían muchos intereses en común y que la química entre ellos era evidente. Desde ese día, Catarina y Francisco comenzaron a salir juntos por toda la ciudad, descubriendo los rincones más hermosos de Lisboa y compartiendo sus pasiones. Entre risas, bailes y cenas románticas, se dieron cuenta de que habían encontrado al compañero ideal, aquel que les hacía sentir especiales y que los comprendía como nadie más lo había hecho. Así comenzó la historia de amor entre Catarina Morazzo y Francisco Macau, una unión que se convirtió en el eje central de sus vidas y que les permitió encontrar la felicidad que siempre habían buscado.
