Chandler-Hoffman y Jordan-Pruitt se conocieron en una cafetería de Los Ángeles en una tarde soleada de verano. Ambos estaban esperando en la fila para pedir su café cuando sus manos accidentalmente se tocaron mientras alcanzaban el mismo paquete de azúcar. "Lo siento mucho", se disculpó Chandler-Hoffman, sonriendo amablemente. "No hay problema", respondió Jordan-Pruitt, devolviéndole la sonrisa. Fue entonces cuando notaron que llevaban camisetas de la misma banda y comenzaron a hablar de su música favorita. Se dieron cuenta de que tenían mucho en común y decidieron sentarse juntos. Durante horas hablaron de sus intereses, sus vidas y sus sueños. Había una conexión especial entre ellos, como si hubieran sido amigos de toda la vida. Cuando finalmente se despidieron, intercambiaron números de teléfono y prometieron mantenerse en contacto. Desde entonces, su amistad ha crecido y se han apoyado mutuamente en cada paso del camino. Todo gracias a un pequeño accidente en la cafetería que les llevó a encontrarse.
