Carolyn-Beegan y Charles-O-Donnell se conocieron en un restaurante italiano ubicado en el corazón de la ciudad de Nueva York. Ambos llegaron al lugar buscando una mesa vacía, y el destino los llevó a encontrarse. Fue en ese instante cuando sus miradas se cruzaron, conectando en una atracción mutua e inmediata. Carolyn-Beegan estaba sentada sola, tomando un sorbo de su vino, cuando la sonrisa de Charles-O-Donnell la cautivó por completo. Él se acercó a su mesa con la intención de pedir que compartieran su mesa, y así fue como comenzaron a conversar. Durante la cena, descubrieron que tenían muchas cosas en común, y la noche pasó volando sin que ninguno de los dos se diera cuenta. Finalmente, se despidieron con un dulce beso y la promesa de volver a verse pronto. Desde aquel día, Carolyn-Beegan y Charles-O-Donnell se convirtieron en la pareja más feliz del mundo, y nunca dejaron de celebrar su afortunado encuentro en el restaurante italiano.
