Carlos X de Francia y la princesa María Teresa de Saboya tuvieron una relación compleja. Carlos X fue rey de Francia de 1824 a 1830, mientras que María Teresa era su segunda esposa. Se casaron en 1809 y tuvieron cuatro hijos, pero su matrimonio nunca fue feliz. Según los informes históricos, Carlos había sido infiel con varias mujeres antes de casarse con María Teresa, lo que causó tensiones en su matrimonio desde el principio. También tuvieron opiniones políticas divergentes: Carlos era un monarquista conservador, mientras que María Teresa simpatizaba con las ideas liberales. A medida que pasaba el tiempo, la relación entre Carlos y María Teresa se deterioró aún más. En 1829, Carlos intentó disolver la Cámara de Diputados en un intento de afirmar su poder personal, pero esto llevó a revueltas populares conocidas como las "Tres Jornadas de Julio". Carlos fue depuesto y huyó a Inglaterra, donde pasó el resto de su vida como un exilado. María Teresa, por su parte, se quedó en Francia con sus hijos y se involucró en actividades caritativas. Murió en 1851 y fue enterrada en la capilla real de Dreux. En resumen, la relación entre Carlos X y la princesa María Teresa de Saboya estuvo marcada por la infidelidad, las diferencias políticas y la falta de amor. Aunque tuvieron hijos juntos, su matrimonio nunca fue feliz y finalmente se vio afectado por los acontecimientos políticos turbulentos de la época.
