Un día soleado en el Central Park de Nueva York, Chas Chandler estaba sentado en un banco disfrutando del paisaje. De repente, una hermosa mujer de cabello rubio y ojos azules se acercó y se sentó a su lado. Ella se presentó como Lotta y comenzaron a charlar amistosamente. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la música y su pasión por la creatividad. Chas contó a Lotta sobre su carrera como bajista de rock y sus planes de iniciar su propia compañía discográfica. Lotta estaba encantada por su visión y decidió ofrecerle su ayuda. Era una experta en marketing y en relaciones públicas y se comprometió a trabajar con él para hacer realidad su sueño. Desde ese día en el parque, Chas y Lotta se convirtieron en grandes amigos y socios comerciales. Juntos, construyeron una empresa discográfica exitosa que ayudó a impulsar la carrera de muchos artistas legendarios. Y lo más importante, nunca perdieron de vista su creatividad y su pasión por la música.