Un día soleado, en la ciudad de Los Ángeles, Chili-Williams estaba visitando una feria gastronómica. Allí ofrecía sus deliciosos platillos picantes y especiados, su especialidad. Como siempre, su puesto tenía mucha clientela y ella estaba muy ocupada preparando la comida. De repente, se fijó que le faltaban los jalapeños para su próximo pedido. Comenzó a buscar una tienda en la feria para comprarlos, cuando se topó con Speed-Post, un proveedor de productos frescos. Speed-Post, al ver la angustia en los ojos de Chili-Williams, se acercó a preguntarle si necesitaba ayuda. Ella le explicó la urgencia del asunto y que no quería perder a sus clientes. Sin pensarlo, Speed-Post le prestó su ayuda y le llevó los jalapeños que necesitaba. Chili-Williams, agradecida, le ofreció un platillo de pollo a la barbacoa como muestra de su agradecimiento. Desde ese día, Chili-Williams siempre intenta comprar los productos frescos de Speed-Post y él, a su vez, nunca pierde la oportunidad de probar los nuevos platillos que ella crea en el menú. Así nació una gran amistad y colaboración en el mundo de la gastronomía.
