Hanna y Chris se conocieron en el set de grabación de una película de terror. Hanna interpretaría a la protagonista y Chris sería el antagonista. Al principio, no se dirigían más que unas pocas palabras, pero después de varias escenas juntos, comenzaron a hacer más esfuerzos para hablar fuera del set. Fue en un día de rodaje que se toparon en el mismo descanso para el almuerzo y descubrieron una mutua afición por los viajes. Comenzaron a hablar de los lugares que habían visitado y de los quequieren visitar, y parecía que había una chispa entre ellos, pero ninguno de los dos se animó a dar el primer paso. Fue solo en la última noche de trabajo, cuando estaban todos celebrando la culminación del rodaje, que Hanna y Chris finalmente se atrevieron a expresar sus sentimientos entre risas y tragos de cerveza. Desde entonces, se han convertido en inseparables y se apoyan mutuamente en sus carreras y proyectos futuros.
