Christopher Wood fue un pintor inglés que se destacó por su estilo expresionista y su influencia en el movimiento artístico conocido como la Escuela de Cornualles. En la década de 1920, Wood conoció a Lucy Wertheim, una galerista y promotora del arte moderno en Londres. Wertheim quedó impresionada por la habilidad artística de Wood y decidió representarlo en su galería. Gracias a su relación con Wertheim, la obra de Wood pronto comenzó a ganar reconocimiento y atraer el interés de coleccionistas y críticos de arte. Wertheim también ayudó a Wood a conectarse con otros importantes artistas modernos de la época. A pesar del éxito de Wood, su vida personal estuvo marcada por la inestabilidad. Luchó contra el alcoholismo y la depresión durante gran parte de su carrera, lo que lo llevó a tener numerosas crisis emocionales. En 1930, después de una relación tumultuosa con su novia, Wood se suicidó a la edad de 29 años. A pesar de su corta carrera, Wood dejó una huella significativa en el mundo del arte. Su trabajo sigue siendo valorado en la actualidad y ha sido objeto de varias exposiciones importantes. La relación entre Christopher Wood y Lucy Wertheim fue un factor clave en la promoción y el reconocimiento de la obra de Wood durante su vida y en los años posteriores.
