—Claudia, ¿me podrías ayudar con esto? —preguntó Bernardo tímidamente mientras sostenía una caja pesada en sus brazos. —¡Claro! —respondió Claudia, y con una sonrisa en su rostro lo acompañó hasta la sala de reuniones. Desde ese momento, Bernardo y Claudia se hicieron amigos inseparables en el trabajo. Tenían algunos intereses en común, como el amor por la música y los viajes. A menudo, se reunían en el almuerzo para charlar y planificar sus próximas escapadas. Pero lo que ellos no sabían es que su relación estaba destinada a ser algo más. Un día, después de una larga tarde de trabajo, mientras se despedían en el estacionamiento, Bernardo decidió tomar la iniciativa y le declaró su amor a Claudia. La sorpresa de Claudia se transformó en una sonrisa de felicidad, y desde ese momento, comenzaron su historia de amor. Ahora, después de muchos años juntos y de haber formado una hermosa familia, Bernardo y Claudia siguen siendo amigos inseparables y se recuerdan con cariño aquel día en el que se conocieron.
