Connie-Mack y Ann-Galluzzo se conocieron en una cafetería. Mientras esperaban en la fila para pedir su café, Ann notó que en el mostrador había un hombre que vestía una camisa con el mismo estampado que la suya. Curiosa, se acercó a él para preguntarle dónde había comprado la camisa. Connie se volteó para ver quién le hablaba y quedó impresionado por la belleza de Ann. La conversación fluyó de manera natural, y pronto descubrieron que tenían mucho en común, desde sus gustos literarios hasta sus intereses en viajar. Después de intercambiar números de teléfono, decidieron salir a cenar juntos esa misma noche. La cita fue un éxito, y desde entonces, Connie y Ann han estado juntos, compartiendo su pasión por la música, la gastronomía y la naturaleza. Ahora, ellos son inseparables, y siempre recuerdan con cariño el día en que se conocieron gracias a una camisa.
