Un hermoso día de verano en la playa de Copacabana, Rio de Janeiro, Conrado y Grandino estaban jugando al vóley cuando notaron a dos chicas que se acercaban a la orilla del mar. Eran Janaina y Obinski. Conrado y Grandino no dudaron en invitarlas a jugar y así comenzaron a conversar y a conocerse mientras se movían en la arena y se lanzaban la pelota. La anécdota más divertida fue cuando Grandino intentó atrapar una pelota y terminó cayendo en el mar. Todos se rieron con él, pero Janaina fue la más compasiva, y eso fue lo que la hizo notar para Conrado. Esa tarde terminó con una cena juntos en un restaurante cercano y así empezó una gran amistad que con el tiempo se convirtió en una relación amorosa para los dos. Ahora, más allá del tiempo y la distancia, siguen recordando ese día con cariño y añoranza de momentos felices en Copacabana.
