Constance Smith y Bob Calhoun se conocieron en un bar de Nueva Orleans en una noche de verano. Constance estaba sentada en la barra, disfrutando de una bebida, cuando Bob se acercó y le preguntó si podía comprarle otra. Después de charlar un rato, se dieron cuenta de que tenían mucho en común: ambos amaban la música jazz y la comida cajún. Decidieron ir a bailar a un club cercano y desde entonces no se han separado. A la mañana siguiente, Bob la sorprendió con un desayuno en la cama y así comenzó su historia de amor llena de aventuras y risas.