Un día, Constance estaba caminando por el parque y perdió su camino. Desesperada por encontrar su camino de regreso a casa, encontró a Bryan, quien también estaba perdido en el parque. Juntos caminaron por el parque, compartiendo historias y riéndose de sus desventuras. Al final del día, Bryan llevó a Constance a casa y ella lo invitó a entrar para tomar un café. Desde ese día, los dos se convirtieron en los mejores amigos y compañeros de vida. Ahora, siempre recuerdan ese día en el parque como el inicio de su gran amistad.