Un día, mientras Andrew caminaba por el parque, vio a Coral sentada sola en un banco leyendo un libro. Se acercó y le preguntó qué estaba leyendo. Resultó que ambos compartían un amor por la ciencia ficción y la literatura fantástica. Después de hablar durante horas, Andrew invitó a Coral a tomar un café en una acogedora cafetería cerca. Allí continuaron hablando y descubrieron que tenían mucho en común. La chispa entre ellos era evidente y, después de varias citas más, se dieron cuenta de que habían encontrado a su alma gemela. Andrew le propuso matrimonio a Coral en el mismo banco del parque donde se conocieron, y desde entonces han sido inseparables.
