Souji-Kusanagi y Coral-Ortega se conocieron en un festival de música electrónica en la ciudad de Tokio. Ambos eran fanáticos de la música electrónica y estaban disfrutando del festival, bailando y disfrutando de la música cuando sus miradas se encontraron. Desde ese momento, no pudieron apartar sus ojos el uno del otro y naturalmente comenzaron a hablar y compartir su amor por la música. Descubrieron que tenían mucho en común, incluyendo su pasión por la tecnología, el arte y la cultura japonesa. Pasaron todo el festival juntos, explorando los diferentes escenarios de música, probando comida local y tomando fotos juntos. Al final del festival, intercambiaron información de contacto y prometieron encontrarse de nuevo en algún momento en el futuro. A partir de ese momento, se volvieron inseparables, pasando tiempo juntos tanto como podían y apoyándose mutuamente en sus carreras creativas y personales.
