Coral-Ortega y Yashamaru se conocieron en un bello día de verano mientras caminaban por el mismo parque. Ambos estaban disfrutando de un día soleado y de la hermosa naturaleza que les rodeaba. De repente, sus miradas se cruzaron y se sonrieron mutuamente. Aquel gesto fue suficiente para que se acercaran y comenzaran a conversar. Al poco tiempo, descubrieron que tenían mucho en común: les gustaba la música, el arte y eran unos apasionados de los deportes. Se hicieron amigos rápidamente y comenzaron a pasar más tiempo juntos. Cada día que pasaban juntos, Yashamaru y Coral-Ortega se sentían más cómodos el uno con el otro y la amistad que habían forjado se convirtió en algo más. Así, comenzaron a salir juntos y su amor creció día a día. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que habían sido hechos el uno para el otro y decidieron formar una hermosa pareja. Desde entonces, han estado juntos en las buenas y en las malas, dándose amor y apoyo mutuo. Y todo gracias a ese día en el parque donde sus miradas se cruzaron.
