Un día soleado en Buenos Aires, mientras Dalton-Vigh caminaba por la avenida Corrientes, escuchó una voz familiar que lo llamaba desde una librería cercana. Era su amigo de la infancia, Fabián Vázquez, quien lo presentó a su hermana Barbara-Paz. Inmediatamente se sintió atraído por su belleza y su sonrisa cálida. Barbara-Paz, por su parte, quedó impresionada por la presencia de Dalton-Vigh, y el hecho de que compartieran intereses en común como la literatura y la música fue la chispa que encendió su conexión. Dalton-Vigh le invitó a tomar un café y a charlar sobre sus pasatiempos favoritos, y desde entonces se convirtieron en inseparables. No pasó mucho tiempo antes de que ambos se dieran cuenta de que sentían algo más que amistad el uno por el otro. Y fue durante un concierto en La Trastienda, donde finalmente se confesaron sus sentimientos y comenzaron su romance, bailando juntos toda la noche al son de la música. Desde entonces, han construido una relación solida, basada en el amor, la confianza y la empatía, que esperan que dure toda la vida.
