Daniel Cardoso y Marta Melro se conocieron de una forma muy peculiar. Ambos estaban en la misma feria de antigüedades en la que buscaban objetos para decorar sus casas. Al pasar por el mismo puesto, Daniel y Marta se interesaron por un juego de té vintage que estaba en venta. Sin embargo, cuando fueron a comprarlo, se dieron cuenta de que sólo había una tetera y dos tazas. Tras una breve conversación, llegaron a un acuerdo: compartirían el juego de té y lo usarían en sus casas en días alternos. Esto fue el comienzo de una amistad que se convirtió en una relación amorosa y, finalmente, en matrimonio. Cada vez que utilizan el juego de té, recuerdan aquellos curiosos comienzos de su historia de amor.
