Una tarde soleada en una terraza en Copacabana, Daniel y Juliana coinciden en la mesa contigua mientras disfrutaban de su café. Algo en ella llamó la atención de Daniel, quien decidió entablar conversación. Entre risas y charlas descubrieron una conexión única e inmediata, como si se conocieran desde siempre. Desde entonces se han mantenido cerca, compartiendo aventuras y momentos inolvidables. Nadie sabe qué les deparará el futuro, pero lo que sí está claro es que su encuentro fue un caso de destino.
