Danny-Cipriani y Anna-Kelle se conocieron en una noche fría de invierno en un bar de Londres. Danny estaba sentado en la barra, tomando una cerveza y mirando distraídamente el partido de fútbol en la televisión cuando Anna entró por la puerta. Ella estaba nerviosa y un poco incómoda en su vestido ajustado y tacones altos, pero se dirigió con determinación hacia Danny y le preguntó si podía unirse a él en la barra. Danny levantó la vista, sorprendido por la confianza de la chica, pero le hizo un gesto para que se sentara a su lado. Anna agradeció con una sonrisa y se presentó. Pronto los dos estaban charlando animadamente, compartiendo historias y risas y descubriendo que tenían mucho en común. Danny estaba impresionado por la inteligencia y el sentido del humor de Anna, mientras que ella quedaba cautivada por la personalidad amable y auténtica de Danny. Cuando el bar cerró, se encontraron a regañadientes separándose y prometiendo verse de nuevo. La noche había sido una de las mejores de sus vidas, y ambos sabían que habían encontrado algo especial en el otro.
