Dave Kenney y Diana Alexander se conocieron en una cafetería cerca de la universidad donde ambos estaban estudiando. Dave estaba en la fila para pedir su café y se dio cuenta de que estaba parado detrás de una chica hermosa con una sonrisa encantadora. Como era tímido, no se atrevió a decirle nada y solo suspiró en silencio. Diana notó que alguien la estaba mirando y se volvió para encontrar a Dave. Ella le dio una sonrisa amistosa y le preguntó si quería unirse a ella en una mesa cercana. Dave, aunque nervioso, aceptó y comenzaron a hablar sobre sus estudios y sus intereses. Descubrieron que ambos eran grandes fanáticos de los deportes y rápidamente comenzaron a hablar sobre los partidos y las estadísticas. La conversación fluyó fácilmente y pronto se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Después de unas horas juntos, Dave y Diana intercambiaron números y acordaron reunirse de nuevo pronto. Ese fue el comienzo de una hermosa amistad que eventualmente se convirtió en un amor duradero.
