David Bowie y Mick Ronson tuvieron una relación musical y personal muy estrecha durante la década de los 70. Mick Ronson fue el guitarrista y arreglador principal de Bowie en muchos de sus discos clásicos, incluyendo "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars" y "Hunky Dory". Ronson no solo tocó la guitarra en estos álbumes, sino que también contribuyó con los arreglos de orquesta y ayudó a Bowie a desarrollar su imagen pública como Ziggy Stardust. También tocó la guitarra en el icónico concierto de Bowie en el Hammersmith Odeon en 1973, que fue grabado y lanzado como álbum en vivo. La relación entre Bowie y Ronson no siempre fue fácil, y en algún momento, Bowie tuvo que intervenir en el abuso de drogas y alcohol de Ronson. Sin embargo, su relación se mantuvo sólida hasta la muerte de Ronson en 1993, después de una batalla contra el cáncer. Bowie dedicó la canción "All the Young Dudes" a Ronson en su primer álbum como solista, "The Man Who Sold the World". También le rindió homenaje en la canción "Drive-In Saturday" en el álbum "Aladdin Sane". Después de la muerte de Ronson, Bowie dijo que "sin él, yo no sería David Bowie".