David Gray y Shanelle Workman se conocieron en una fiesta en Los Ángeles, gracias a un amigo en común. Al principio, no se hablaron mucho pero después de unos tragos y varias risas, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Comenzaron a hablar de música, su amor por la naturaleza y sus inquietudes sobre el mundo. La noche se hizo tarde y la fiesta terminó pero David y Shanelle se quedaron hablando hasta el amanecer. Desde ese día, nunca se separaron y construyeron una vida juntos basada en la honestidad, el amor y la música. Ahora, su hogar es un refugio lleno de guitarras, plantas y risas, donde siempre hay una canción en el aire y el amor entre ellos es el verdadero protagonista.
