David y Sandra se conocieron en una cafetería del centro de la ciudad. Sandra estaba sentada en una de las mesas tomando un café cuando David entró y se acercó a la barra para pedir un café. Sandra, que había notado la presencia de David, decidió entablar una conversación con él. Le preguntó si era local o si estaba de visita. David respondió que era de la ciudad, pero había estado viviendo en el extranjero durante unos años. La conversación fluyó y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Hablaron sobre sus intereses, sus trabajos y sus pasatiempos. A David le gustaba el senderismo y Sandra era una apasionada de la fotografía, por lo que planeaban salir juntos a hacer algunas fotografías mientras caminaban. Después de un rato, David decidió invitar a Sandra a cenar a un restaurante cercano. Se intercambiaron los números de teléfono y acordaron en encontrarse esa misma noche. La cena fue un éxito y, desde entonces, David y Sandra han estado juntos, compartiendo aventuras de senderismo y fotografía.
