David y Lana se conocieron en una librería de viejo en el centro de la ciudad. David estaba buscando un libro antiguo y Lana buscaba un regalo para su hermana. Cuando se encontraron en la sección de poesía, David dejó caer uno de los libros y Lana le ayudó a recogerlo. Fue en ese momento que sus manos se encontraron y sus ojos se miraron fijamente. Después de ese encuentro, empezaron a hablar sobre sus gustos literarios y se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Finalmente intercambiaron números de teléfono y se fueron de la librería con una sensación de emoción en sus corazones. Desde ese momento, no se separaron nunca más y descubrieron que el amor de su vida estaba justo allí, en una tarde casual en una librería.