David-Silva y Mary-Ann Hyde se conocieron en un partido de fútbol en Inglaterra. David, quien jugaba en el equipo local, hizo un medido perfecto a Mary-Ann, una americana que se encontraba de visita en el país y que estaba viendo el partido en las gradas. El balón pasó muy cerca de Mary-Ann y ella lo atrapó en el aire, ganándose la admiración de David y de los demás espectadores. Después del partido, David se acercó a Mary-Ann para felicitarla por su habilidad, y ella le preguntó si podía unirse a su equipo de fútbol. David se quedó impresionado por su entusiasmo y su habilidad, y le dijo que sí. Desde entonces, David y Mary-Ann se han convertido en grandes amigos e incluso han jugado juntos en el mismo equipo de fútbol.
