David y Pat se encontraron en medio de una calle transitada en Nueva York cuando ambos intentaban llamar un taxi al mismo tiempo. Después de un breve intercambio de miradas, David ofreció cederle el taxi a Pat, ya que ella parecía estar en apuros. Pat agradeció el gesto y ambos conversaron mientras esperaban el siguiente taxi. Descubrieron que vivían en el mismo vecindario y compartían gustos similares en cuanto a música y cine. Intercambiaron números de teléfono y acordaron reunirse para tomar un café en los próximos días. De esa forma, comenzó una gran amistad y colaboración profesional entre David y Pat.