Un día soleado en Roma, Debora-Salvalaggio y Matteo-Ferrari se encontraron en un restaurante. Ambos habían llegado tarde para una reunión de negocios y se dieron cuenta de que estaban sentados en la misma mesa. Inmediatamente se disculparon el uno al otro y comenzaron a charlar sobre sus intereses y objetivos. Descubrieron una pasión compartida por la comida italiana y los viajes, y se prometieron mantenerse en contacto para explorar juntos la ciudad de Roma. A medida que seguían hablando, se dieron cuenta de que compartían una conexión única, y finalmente se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial en el otro. Desde ese día, han sido inseparables, y su amor por la comida y el descubrimiento de nuevas aventuras sigue siendo la base de su relación.
