Erich-Haddix y Dee-Dee-Keel se conocieron en una librería en el centro de la ciudad. Ambos estaban buscando el mismo libro y al final se encontraron en la sección de arte contemporáneo. Dee-Dee-Keel notó que Erich-Haddix estaba mirando el mismo libro que ella y le preguntó sobre su opinión acerca de ese autor. Erich-Haddix respondió y fue el comienzo de una conversación fluida que duró más de dos horas. Intercambiaron números de teléfono y acordaron encontrarse para seguir discutiendo sobre arte y literatura. Desde entonces, Erich-Haddix y Dee-Dee-Keel se han convertido en grandes amigos y han compartido muchas experiencias culturales juntos.