Un día, mientras caminaba por el parque, Derek notó que un perro sostenía un objeto extraño en su boca. Derek se acercó al perro para ver qué era y se sorprendió al ver que era una cámara. Se desconcertó, pero decidió revisar las fotos en la cámara. Al revisar las fotos, se dio cuenta de que pertenecían a una chica llamada Zoe. Decidió buscarla en línea y encontró su perfil en las redes sociales. Después de enviarle un mensaje para informarle sobre su cámara, Zoe y Derek comenzaron a hablar y finalmente se conocieron en persona. Desde entonces, han sido inseparables y comparten una pasión por la fotografía y los animales.